El recorrido es asequible para personas mayores y personas con problemas de movilidad.
El proyecto nace a raíz de la recuperación del río como espacio público. Con el caudal ambiental, el paso del río Gaià por el Catllar deja de ser una zona seca que no invita a disfrutar.
Se han superado dos obstáculos físicos. Uno es el puente viejo del tren, donde había una palanca para pasar el río, muy inestable y poco apto para personas mayores y personas con dificultades de movilidad. Se ha cambiado por una construcción más rígida y con barandillas, mucho más segura.
La segunda pasarela sirve para atravesar el Torrent de la Farga. A la altura de la Fábrica, a la izquierda del río, se ha habilitado un sendero que pasa entre el río y el camino asfaltado y, de este modo, se ha segregado el paso de caminantes del tráfico rodado. Destaca que este tramo es un GR, que se ha trasladado pues del tramo asfaltado al sendero.