Desde antes del año 1340 era cerrada por un muro con tres portales: el del pozo, el del hospital y el de Tarragona.
Además de la iglesia parroquial y del castillo, sin duda los edificios más importantes de la villa y que configuran la imagen visual que se tiene de la población, existen varias casas particulares de suficiente interés, algunas del siglo XVI, y sobre todo del XVIII y XIX, durante los cuales la ciudad experimentó un fuerte crecimiento demográfico.