Un paisaje agrícola, de secano, con importantes masías en ruinas, donde los campos cultivados se alternan con otros baldíos o abandonados y, al mismo tiempo, con manchas más o menos extensas de bosques de pino blanco en los terrenos más difíciles, que poco a poco va ganando terreno.
Todo ello ligado por una red de caminos, viejos y modernos, testigos de realidades muy diferentes.
Verlo en NaturaLocal